La comunicación en tu hogar puede ser la solución.
Saber qué
hacer en los momentos de mayor exposición a las drogas. Cuando tu adolescente
empieza a salir por la noche, pregúntale todo hasta que sepas con detalle a
dónde va, con quién y qué van a hacer. Establece la hora de regreso y la forma
de regresar. Habla con los padres de sus amigos y, al ser posible, organiza un
sistema rotatorio de recogidas por fin de semana, con tal de compartir con
ellos la responsabilidad de llevar a vuestros hijos sanos y salvos a casa. La
mañana después, intenta pasar un rato con tu adolescente para que te pueda
contar anécdotas de la noche anterior. No le hagas un interrogatorio porque se
resistirá. Y además tiene derecho a su intimidad. Pero adopta una postura
dialogante y abierta, para que sepa que si quiere compartir alguna información
contigo, lo puede hacer con total confianza.[1]
BIBLIOGRAFIA